martes, 19 de marzo de 2013

EL PORTAFOLIO DEL PROFESOR COMO INSTRUMENTO DE AUTOFORMACIÓN

Curso 321 (1), Módulo 2, lectura obligatoria


A continuación adjunto mis conclusiones sobre el artículo El portafolio del profesor como instrumento de autoformación, firmado por Encarna Atienza y publicado en Revista Marcoele, 9:

Una lectura sumamente clarificadora. El portfolio no sólo representa nuestro ADN cómo docentes, sino cuáles son los pasos para evolucionar a un estadio superior. Veo cómo se entroncan todas las nociones que hemos visto en los dos primeros módulos: las creencias, la toma de conciencia de las mismas, la capacidad docente, el desarrollo profesional, la diferentes posibilidades de formación, las herramientas de observación, etcétera; y, más que ninguna otra cosa, la omnipresente reflexión para nuestro progreso como docentes.
 
Lo que mejor define, a mi entender, la esencia del portfolio es su proyección de futuro, dejando atrás lo que podría reducirse a un cuaderno de experiencias de "ensayo-error". También me ha resultado estimulante la idea de distinguir la "Teoría" como punto de partida para enmarcar nuestro interrogantes de la "teoría" como posible estrategia para resolver situaciones imprevistas en el desarrollo de una clase.                            

Asimismo, creo que la posibilidad de combinar la formación recibida en este curso con la investigación en acción es el mejor método para despegar como docentes en el nivel inicial como profesores de ELE.

Como bien señala el texto, el inconveniente que encuentro en esta herramienta es que, si se quiere hacer con rigor y de la mejor manera posible, exige una inversión de tiempo muy grande. ¿Merecerá la pena? Se nos "vende" el portfolio como un instrumento de aprendizaje y de crecimiento personal, de hecho en un par de ocasiones se nos asegura que la formación y el aprendizaje continuo trascienden lo profesional para enriquecernos también como personas. No discuto las virtudes de esas intenciones tan elevadas y trascendentales, pero en estos momentos iniciales del curso da un poco de vértigo darnos de bruces con una tarea "de por vida". Además, creo que también es muy necesario establecer unos límites a los ejercicios de introspección y reflexión, puesto que se puede caer en una espiral de divagaciones con mucha facilidad.

Sin embargo, me gustaría pensar que será el hábito y el ejercicio de la profesión los que marquen con naturalidad la elaboración de nuestro portfolio.

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