Curso 321 (3), Módulo 1, UF2, Act. 2 y 3
En esta ocasión presentaré un análisis sobre un actividad programada de acuerdo a los postulados de la EMT o Enseñanza Mediante Tareas, una variedad de las múltiples que podemos encontrar en el enfoque comunicativa para la enseñanza de ELE.
Se trata de una actividad cuya tarea final consiste en la elaboración de un recetario. En torno a dicha tarea se articulan diversos ejercicios con el telón de fondo de la gastronomía. El manual del que se ha extraído la actividad es Gente (1997).
RECORDATORIO
Según la EMT, una tarea es:
Iniciativa para el aprendizaje que consiste en la realización en el aula de
actividades representativas de uso de la lengua que se hace fuera de ella y que
posee las siguientes propiedades:
- Tiene una estructura
pedagógicamente adecuada.
- Está abierta, en su desarrollo
y en sus resultados, a la intervención activa y a las aportaciones
personales de los alumnos.
- Requiere de ellos, en su
ejecución, una atención prioritaria al contenido de los mensajes.
- Les facilita, al propio tiempo,
ocasión y momentos de atención a la forma lingüística.
Conocido este marco, en primer lugar presentaré mi reflexión personal, y en segundo, las conclusiones elaboradas con mis compañeros de curso.
REFLEXIÓN PERSONAL
La tarea propuesta cumple los requisitos necesarios para una EMT: tiene una estructura pedagógica adecuada porque va dando unos pasos, a mi entender, lógicos y ordenados para que luego el alumno los ponga en juego en la tarea final. Estos aportan gran cantidad de experiencias propias. Prima el contenido de los mensajes pero además se dan varias pautas lingüísticas que surgen de la necesidad de articular los mensajes.
La motivación está lograda porque se incide en numerosos aspectos socioculturales para despertar la curiosidad. En este sentido, es muy acertada la actividad donde se pregunta al alumno si conoce cada alimento de los aparecidos en una lista, ayudando a sus competencias en cuanto a semántica (qué es cada cosa) y sociocultural (qué comida es típica aquí).
La unidad completa recoge las herramientas lingüísticas que necesitará el alumno para su libro de recetas, ya que a los conocimientos gramaticales, léxicos y semánticos añade otros sociolingüísticos y discursivos que le serán útiles para comprobar si ha entendido la mecánica de dichas recetas. Es decir, leer la receta, adquirir los ingredientes en el mercado y cocinarlos según el texto.
Observación:
¿Recuerda los contenidos de los índices de Para empezar e Intercambio, manuales que representan un enfoque comunicativo? ¿Qué diferencias encuentra si los compara con Gente?
La motivación está lograda porque se incide en numerosos aspectos socioculturales para despertar la curiosidad. En este sentido, es muy acertada la actividad donde se pregunta al alumno si conoce cada alimento de los aparecidos en una lista, ayudando a sus competencias en cuanto a semántica (qué es cada cosa) y sociocultural (qué comida es típica aquí).
La unidad completa recoge las herramientas lingüísticas que necesitará el alumno para su libro de recetas, ya que a los conocimientos gramaticales, léxicos y semánticos añade otros sociolingüísticos y discursivos que le serán útiles para comprobar si ha entendido la mecánica de dichas recetas. Es decir, leer la receta, adquirir los ingredientes en el mercado y cocinarlos según el texto.
Observación:
¿Recuerda los contenidos de los índices de Para empezar e Intercambio, manuales que representan un enfoque comunicativo? ¿Qué diferencias encuentra si los compara con Gente?
En
los dos primeros manuales indicados se señalan objetivos y contenidos, pero estos no se articulan en
torno a una tarea comunicativa concreta.
CONCLUSIONES DEL GRUPO DE DEBATE
¿Cumple la tarea final todas las propiedades de una tarea según la EMT?
Creemos que la tarea final y las actividades propuestas responden a lo que prescribe la EMT. Ajustándonos a la teoría, el ejercicio sigue una estructura pedagógicamente adecuada toda vez que introduce paulatinamente las actividades comunicativas que el alumno va a practicar en torno a la misma área temática. Todas ellas pertenecen a situaciones comunicativas de la vida real (hacer compra, pedir en un restaurante, medidas y peso, etcétera) e introducen sistemáticamente las pautas adecuadas (contenidos léxicos, funcionales, gramaticales, discursivos, socioculturales...) para conocer las formas lingüísticas necesarias y formular mensajes en tales contextos. Además, es abierta en su desarrollo e implica a los aprendientes para compartir experiencias personales.
En cuanto a su naturaleza meramente pedagógica o bien representativa de la vida real, creemos que la elaboración de un recetario sí puede considerarse una actividad con su correspondencia en lo cotidiano, aunque no parezca demasiado frecuente. En este sentido, a primera vista puede parecer que la tarea es solo pedagógica, pero al observar el desarrollo de las estrategias y competencias que implica su ejecución se descubre su naturaleza práctica.
¿La tarea final será motivadora para todos los alumnos? ¿A lo largo de toda la unidad?
Ha sido fácil encontrar un consenso afirmativo en esta cuestión. La temática contiene unas fuertes implicaciones socioculturales: al ser la gastronomía uno de los más singulares rasgos de la cultura española creemos que la tarea facilita un buen efecto de inmersión cultural. Pero además, y al margen de esa implicación sociocultural como valor añadido, la motivación queda asegurada al ser la alimentación una actividad de primera necesidad.
El nivel de motivación es uniforme a lo largo de toda la unidad por su acertado diseño, colocando al aprendiente en situaciones variadas y guardando una coherencia respecto del objetivo final.
¿Se le dan al alumno suficientes herramientas lingüísticas para que pueda realizarla?
Creemos que la tarea final y las actividades propuestas responden a lo que prescribe la EMT. Ajustándonos a la teoría, el ejercicio sigue una estructura pedagógicamente adecuada toda vez que introduce paulatinamente las actividades comunicativas que el alumno va a practicar en torno a la misma área temática. Todas ellas pertenecen a situaciones comunicativas de la vida real (hacer compra, pedir en un restaurante, medidas y peso, etcétera) e introducen sistemáticamente las pautas adecuadas (contenidos léxicos, funcionales, gramaticales, discursivos, socioculturales...) para conocer las formas lingüísticas necesarias y formular mensajes en tales contextos. Además, es abierta en su desarrollo e implica a los aprendientes para compartir experiencias personales.
En cuanto a su naturaleza meramente pedagógica o bien representativa de la vida real, creemos que la elaboración de un recetario sí puede considerarse una actividad con su correspondencia en lo cotidiano, aunque no parezca demasiado frecuente. En este sentido, a primera vista puede parecer que la tarea es solo pedagógica, pero al observar el desarrollo de las estrategias y competencias que implica su ejecución se descubre su naturaleza práctica.
¿La tarea final será motivadora para todos los alumnos? ¿A lo largo de toda la unidad?
Ha sido fácil encontrar un consenso afirmativo en esta cuestión. La temática contiene unas fuertes implicaciones socioculturales: al ser la gastronomía uno de los más singulares rasgos de la cultura española creemos que la tarea facilita un buen efecto de inmersión cultural. Pero además, y al margen de esa implicación sociocultural como valor añadido, la motivación queda asegurada al ser la alimentación una actividad de primera necesidad.
El nivel de motivación es uniforme a lo largo de toda la unidad por su acertado diseño, colocando al aprendiente en situaciones variadas y guardando una coherencia respecto del objetivo final.
¿Se le dan al alumno suficientes herramientas lingüísticas para que pueda realizarla?
También hay consenso al respecto. La tarea va disponiendo de modo racional y ordenado los materiales para que el alumno vaya construyendo los mensajes pertinentes. Así, además de nociones gramaticales y léxicas, aporta ejemplos prácticos, tanto escritos como auditivos, para que el alumno conozca y comprenda qué elementos del sistema formal de la lengua se ajustarán a sus necesidades comunicativas.
Sergio, ¡qué gusto da leer tu portfolio! Me ha encantado ver cómo partes de la teoría, haces una reflexión personal y la amplías con las reflexiones de tu grupo.
ResponderEliminarLo único que echo en falta es la comparación de los índices de Para empezar e Intercambio con Gente (módulo 1, UF2, actividad 2, 4/5), quizás haya habido algún problema en el proceso de "grabar/recuperar".
Hola Pilar, he añadido la comparación como breve observación dentro de "reflexión personal". La otra parte de esa actividad la incorporé directamente dentro de esa reflexión personal.
ResponderEliminarUn saludo.
Exactamente, no hay una tarea final como en Gente. El manual Para empezar pertenece al primer desarrollo del enfoque comunicativo y sigue una programación nociofuncional. Los contenidos funcionales, gramaticales, léxicos y socioculturales aparecen de forma progresiva en torno a situaciones, en el caso de Intercambio, en torno a campos temáticos.
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