miércoles, 22 de mayo de 2013

ESQUEMAS MENTALES

Curso 321 (4), Módulo 1, UF2, Act. 3 y 4





Inauguramos el curso de Lengua y Comunicación con una comparativa entre esquemas mentales socialmente compartidos. Con ello nos referimos al conjunto de representaciones mentales comunes a los miembros de una misma cultura, conformándose una especie de "modus operandi" donde las normas sociales dictan el comportamiento apropiado para situaciones frecuentes de la vida cotidiana.

 

Los actos de comunicación lingüística que aparecen en dichas situaciones se concretan en actos de habla. Con todo ello iremos descubriendo en qué consiste la dimensión pragmática de la lengua, es decir, cómo usan la lengua los hablantes y qué condiciona dicho uso.

 

En cuanto al esquema elegido, este corresponde al manual Nueva Gente 1. Presentaré el que he elaborado personalmente y luego el realizado por el grupo 3 del curso, que me ha parecido el más acertado.

 

ESQUEMA PROPIO

 

Situación:

Cena en casa de unos amigos.

 

Lugar:

Domicilio de una pareja.

 

Objetos:

Muebles, cubiertos, comida, botellas.

 

Participantes:

Anfitriones, invitados, familiares de los anfitriones.

 

Antes:

Desconocimiento del domicilio, desconocimiento entre los invitados y los familiares de los anfitriones, apetito, expectativas emocionales ante el encuentro.

 

Después:

Conocimiento del domicilio, presentación entre gente que no se conocía, satisfacción del apetito, satisfacción de las expectativas emocionales, promesas de un nuevo reencuentro.

 

Secuencia de acciones:

Saludos, preguntas de cortesía sobre el estado de cada uno, entrega de un pequeño obsequio por parte de los invitados, presentación de los miembros de la familia, charla distendida sobre la localización de la casa, recorrido por la casa, cena, charla prolongada durante algunas horas, invitación a prolongarla algo más, justificación de la despedida y promesa de repetir la situación.

 

ESQUEMA GRUPO 3

Situación:
Cena entre parejas de amigos.
 
Lugar:
Casa de los anfitriones.
 
Objetos:
Vivienda, detalle de cortesía, abrigos, mobiliario, vajilla, aperitivo, comida, elementos decorativos…
 
Participantes:
Pareja anfitriona, pareja visitante extranjera, sobrina y abuelo del anfitrión.
 
Antes:
Fijar hora de encuentro, invitados no saben dónde está la casa, ignoran presencia de más personas, anfitriones explican a los invitados dónde está la casa, preparan aperitivo y cena, deciden que el padre del anfitrión se sume a la cena, todos esperan pasar una agradable velada…
Después:
Invitados ya saben dónde viven sus amigos, cómo es su casa, han conocido a dos familiares de anfitriones, han cenado, se ha afianzado la relación de amistad entre las parejas…
Secuencia de acciones:
Recibir a los invitados, saludarse cariñosamente, invitar a pasar, ofrecer regalo, recoger abrigos y bolso, presentar a los otros familiares, invitar a sentarse, preguntar si no han tenido problemas para localizar la casa, responder elogiando indicaciones dadas para localizarla, enseñar hogar, hacer cumplidos acerca de la casa, charlar, tomar aperitivo, cenar, anunciar marcha, invitar a prolongar velada, agradecer, invitar a devolver la visita, invitar a repetir visita,  despedirse…

 

OBSERVACIÓN

Ambos esquemas son muy similares. En mi opinión, tienen un acierto muy sutil, y es el de concretar que la situación es una cena en vez de limitarse a señalar una mera visita entre amigos. La cena incluye los esquemas de tal visita y los amplía con ciertas particularidades, como todo lo relativo a la comida.

En el debate planteado entre los compañeros, el principal objeto de crítica al esquema del grupo 3 (y que podría hacerse extensible al mío por su parecido), es la extensión a la hora de recoger las acciones. Sin embargo, creo que contiene un buen equilibrio entre particularidad y generalidad.

Respecto a mi esquema, decidí incluir en "antes" y "después" las expectativas emocionales y la satisfacción de las mismas que podía generar la situación. Creo que es lícito incluir en el esquema alguna referencia a la psicología de los participantes, puesto que su respuesta a la situación es una suma de esquemas mentales compartidos (el objeto de la actividad), y también de esquemas mentales de índole personal. Me parece interesante considerar esta variable toda vez que puede añadir un matiz que haga variar la respuesta más o menos previsible que tendríamos si únicamente nos fijamos en los esquemas compartidos.

 

 

 

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